Una Revista Con Identidad Local

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FLOR WEISSE:
“Soy una mujer de convicciones”

Por Soledad Durán B. / Fotografías: Vía Producciones
Agradecimientos Locación: Hotel Four Points by Sheraton Los Ángeles

En Los Ángeles es habitual verla caminando por el centro, saludando con una sonrisa franca y una amabilidad que no se contradice con su evidente carácter. Flor Weisse Novoa, diputada por el distrito 21, se mueve con soltura por las provincias de Biobío, Arauco y la comuna de Lota, las que conforman el extenso territorio que representa en la Cámara. Aunque su oficina parlamentaria en la capital provincial angelina es uno de sus puntos base, pocas veces se le encuentra ahí por largos periodos. Está constantemente en terreno, reuniéndose con vecinos, autoridades y gremios, y abordando sin titubeos temas que muchas veces parecen incómodos.

Ingeniera comercial de profesión, madre de cinco hijos, abuela de varios nietos y con una trayectoria política de casi dos décadas, es enfática al hablar de la importancia de tener una identidad política clara. “Soy una mujer de convicciones. Creo que uno tiene que estar en un sector, tener un domicilio político, y si no, desorientas y confundes a la gente. Eso finalmente se paga en los resultados”, afirma, haciendo referencia a los vaivenes partidarios que han marcado la última década en el Congreso.

La diputada Weisse milita en la UDI, y no lo esconde. Al contrario, defiende con firmeza la necesidad de que los representantes se mantengan fieles a los principios que los llevaron a postular. Así también lo plantea cuando opina sobre la reforma al sistema electoral: “Me parece bien que haya un umbral mínimo para ser electo. No puede ser que con menos de un 1% una persona llegue al Congreso. Es el sistema el que hay que modificar”.

Trayectoria en el servicio público

Flor Weisse Novoa nació en Arauco el 27 de marzo de 1960, y cursó su enseñanza media y universitaria en Concepción. Su ingreso a la vida pública comenzó como concejala de Cañete en 2008, para luego ser nombrada gobernadora de la provincia de Arauco entre 2010 y 2014, durante el primer mandato del Presidente Sebastián Piñera. Posteriormente fue electa consejera regional por el Biobío, cargo que ocupó por dos períodos consecutivos, y en el segundo de ellos fue presidenta del Core.

En 2021 dio el salto al Congreso Nacional, resultando electa diputada por el distrito 21, con más de 21 mil votos. Desde entonces, ha formado parte de comisiones clave como Economía, Mujeres y Equidad de Género, y Recursos Hídricos, además de presidir instancias investigadoras que han abordado desde los beneficios intrapenitenciarios hasta encargarse de reunir antecedentes sobre los actos de gobierno relacionados con los planes y programas de acompañamiento para personas cuya identidad de género no coincida con su nombre y sexo registral. Su participación no ha pasado desapercibida en temas de alcance nacional, pero sin perder el foco en las necesidades locales.

Presente con energía y sin filtros

Durante el último tiempo, algunos han notado un cambio en su imagen. “Sí, me hice un retoque hace poco y me siento renovada. Lo importante es sentirse bien con una misma”, asegura la diputada, sin rodeos, hablando del tema con naturalidad. Ella explica que lejos de ser un tema superficial, lo relaciona con autoestima y empoderamiento. “Hay que tener fortaleza para estar en política”, comenta con una sonrisa, reconociendo que en este ámbito, la exposición pública no distingue colores.

Sus hijos, dice, están siempre atentos a la contingencia, aunque ninguno manifiesta interés en seguir sus pasos por el momento. “Quizás más adelante”, dice entre risas. Por ahora, Flor Weisse sigue recorriendo cada rincón de las 23 comunas que comprenden su distrito, escuchando a los vecinos y defendiendo las posturas que, afirma, siempre han sido coherentes con sus principios.

Su estilo directo y su presencia permanente en terreno son su carta de presentación, apostando por la consecuencia como valor y la cercanía con la comunidad. “Nos vemos pronto”, asegura al despedirse tras cada visita comunal, transmitiendo que su presencia no es esporádica, sino parte esencial de su forma de representar.