Madres e Hijas
UNIDAS POR LA MISMA VOCACIÓN
Como un homenaje en el Día de la Madre, quisimos destacar un vínculo significativo que se da cuando una madre y su hija comparten el mismo oficio o profesión.
Además del lazo familiar, existe algo que une a estas duplas en un nivel distinto. Se trata de una pasión común, una forma de entender el trabajo que se transmite desde la experiencia, la admiración y el ejemplo.
Las invitamos a responder un cuestionario breve, pensado para abrir una instancia a revisar su historia compartida. Cómo comenzó todo, qué las une, qué las diferencia y qué significa para ellas coincidir en esta vocación.
Mamá: María Teresa Barrientos
Hija: María Fernanda Figueroa
Profesión: Psicólogas
Se autodefinen como: “Dos mentes, un corazón, dos psicólogas aventurando juntas”.

1. ¿De qué manera tu mamá influyó (o no) en tu decisión de seguir esta profesión?
Aun cuando mi mama intentó que no siguiera el mismo camino profesional -por varias razones, como el campo laboral o su experiencia en algunos aspectos de la carrera- era algo que conocía. La psicología me daba la oportunidad de desenvolverme en varios campos laborales y en distintas funciones, entre ellas las de gestión de personas y recursos humanos que es algo que me gusta bastante.
2. ¿Qué sentiste cuando supiste que tu hija había elegido tu misma profesión?
Primero, temor, porque es una carrera muy exigente en lo personal, necesita que coloques mucho de ti mismo en lo que haces, mantengas actualización constante, pongas todas tus energías en un “otro”, lo que influye en muchos ámbitos de la vida. Luego, tranquilidad, porque tengo claro su valor como persona y es capaz de comprometerse en que un otro se sienta bien, y vi que estaba dispuesta a pagar los costos que fueran necesarios.
3. ¿Qué valor o enseñanza profesional creen que más se han transmitido entre ustedes?
Mª Fernanda: Creo que el esfuerzo y el valor del aprendizaje constante para hacer bien tu trabajo y las cosas es fundamental.
Mª Teresa: Lo mismo que mi hija, más la responsabilidad de hacer las cosas por el bien de las personas.
4.¿En qué sienten que se parecen en su manera de ejercer la profesión? ¿Y en qué se diferencian?
Mª Fernanda: Creo que las dos tratamos, en la labor de cada una, de ayudar a las personas y dar espacio a su desarrollo. En cuanto a diferencias, mi mamá tiene la posibilidad de relacionarse con sus pacientes desde un foco más personal, que aunque influye y se ve en lo laboral, no se puede trabajar directamente desde mi área.
Mª Teresa: Ambas, creo, ponemos el acento en hacer el bien a los demás, ayudando a las personas a estar mejor. La diferencia, estaría en que la labor de mi hija implica varios clientes que no se conocen aún y ella debe hacer la coincidencia de deseos, además de su trabajo en equipo. En cambio en mi caso, la adaptación o los cambios generalmente afectan a sus círculos más cercanos e íntimos, y mi trabajo es más solitario.
5. ¿Tienen alguna anécdota emotiva o divertida relacionada con su trabajo o vocación que nunca olvidarán?
Mª Teresa: Mi espanto cuando me dijo que iba a estudiar psicología jajajaja.
6. Este año, en el Día de la Madre, ¿cómo planean celebrar o cómo les gustaría festejarlo?
Mª Fernanda: Siempre tratamos de estar juntas, si se puede desde el desayuno con algo rico que le guste, y lo mismo al almuerzo, pero el foco es estar juntas y disfrutando en familia.
Mª Teresa: Mi plan sería estar juntas desde el desayuno, que me sirvan jajajaja. Aprovechar que aún no compartimos ese día ambas cómo madres, aún podemos concentrarnos en mi maternidad.

Mamá: Patricia Sobarzo Torres
Hija: Claudia Azagra Sobarzo
Oficio: Terapeutas en Medicina Natural.
Se autodefinen como: ¨Avanzando un paso cada día, en amor y armonía para nosotras y quienes nos rodean¨
1.¿De qué manera tu mamá influyó (o no) en tu decisión de seguir este oficio?
Influyó mucho con su forma de ser, ella siempre nos inculcó a mis hermanos y a mí a actuar primero desde el amor -ella lo hizo eligiendo criarnos a mí y a mis hermanos, somos trillizos + 1- en lo que fuera que hiciéramos, y que si sentíamos lo que hacíamos el ¨éxito¨ se daría como consecuencia de actuar desde el sentir y ser. Cuando busqué a qué dedicarme utilicé esa base. Busqué que mi alma vibrara en amor con lo que hiciera, y el camino de la medicina natural que compartimos, más las clases de yoga que imparto me llevan a eso, a esa entrega de amor infinito.
2. ¿Qué sentiste cuando supiste que tu hija había elegido tu mismo oficio?
Esto se dio de forma casual. Mi profesión es Educadora General Básica, la cual ejercí durante unos años. Elegí la crianza de mis hijos, y no volví a ejercerla. Con el pasar de los años fui haciendo diferentes actividades y con Claudia tenemos muchos gustos en común. Lo de las terapias se dio porque ella decidió estudiar Flores de Bach, y donde lo impartían vi que había un curso de Biomagnetismo y le comenté: ¨me gustaría mucho estudiarlo, pero ya estoy muy vieja para estudiar¨, a lo que ella respondió: ¨mamá no, nunca es tarde para estudiar lo que a uno le gusta¨… pensé, tiene toda la razón. Así que comenzamos juntas este hermoso y mágico camino.
3.¿Qué valor o enseñanza profesional creen que más se han transmitido entre ustedes?
Patricia: El respeto y la entrega en una forma muy consciente hacia las personas que nos consultan.
Claudia: El amor y respeto por la persona que estamos tratando, darle su tiempo, su espacio, es muy importante, darle el valor que merece esa vida que eligió confiar en ti.
4. ¿En qué sienten que se parecen en su manera de ejercer el oficio? ¿Y en qué se diferencian?
Claudia: Siento que tenemos la misma base de amor y respeto hacia el ser humano y entregamos desde ahí ambas de igual manera. Creo que nos diferencia lo loquilla que yo soy jajaja, tengo otra energía por mi edad, hago más actividades. Con mi mamá compartimos las terapias naturales que entregamos juntas en nuestra consulta llamada “Armonía”, pero ella está dedicada también a sus nietos, sus hobbies, y eso me encanta, está en una etapa de disfrutar y darse más espacio.
Patricia: Nos parecemos en que entregamos con cariño y humildad nuestro servicio, y como dice Claudia, ella participa en más actividades, yo participo menos porque creo que llegó la hora de priorizarme y darme el gusto de descansar cuando lo necesite y disfrutar en completa libertad momentos familiares, los cuales valoro mucho, agradecida soy de poder hacerlo.
5. ¿Tienen alguna anécdota relacionada con su trabajo o vocación que nunca olvidarán?
Ambas: A veces, cuando terminamos un día muy agotadas bailamos y cantamos. Algo emotivo es cuando una persona cumple su objetivo en su terapia y nos da ese abrazo de gratitud al final, siempre nos hace sentir muy emocionadas, nos hace formar parte de la historia de vida de las personas y eso es maravilloso, sus historias nos enseñan muchísimo y nos hace valorar y agradecer el estar juntas.
6. Este año, en el Día de la Madre, ¿cómo planean celebrar o cómo les gustaría festejarlo?
Claudia: Simplemente nos gusta estar reunidos en familia con mi abuelita, hermana, hermanos y sobrinos. Personalmente mi tradición es despertar a mi mamá con el desayuno en la cama y una cartita donde poder expresarle y recordarle lo mucho que la amo y agradezco.
Patricia: Yo me dejo sorprender y mi mejor regalo es cuando puedo estar ese día con mis 4 hijos, cosa que es más difícil cuando cada uno ya tiene su vida, así que poder estar reunidos es un gran privilegio.

Mamá: Carolina Martínez
Hija: Valentina Salas
Oficio: Chef y Repostera
Se autodefinen como: “Unidas por una misma pasión”
1.¿De qué manera tu mamá influyó (o no) en tu decisión de seguir este oficio?
Desde chiquitita siempre la vi haciendo sus dulces y pasteles, muy dedicada con lo que hacía. Yo la ayudaba cuando podía. Sin embargo, cuando uno termina el colegio, muchas veces tiene la mente cerrada y se enfoca sólo en carreras tradicionales y me pasó lo mismo. Pero con el tiempo me di cuenta de que lo que realmente me apasiona es la cocina, y decidí darle una oportunidad y tuve el apoyo de mi mamá en todo momento.
2.¿Qué sentiste cuando supiste que tu hija había elegido tu mismo oficio?
No lo podía creer cuando me dijo que quería enfocarse en la cocina. Nunca me imaginé que ese sería su camino, porque siempre supe que la pastelería no era lo suyo, siempre me decía que no le gustaba mucho ensuciarse con chocolate y manjar jajaja. Pero también sabía que las preparaciones saladas le apasionaban. Desde chica le encantaba cocinar pastas y panqueques.
3.¿Qué valor o enseñanza profesional creen que más se han transmitido entre ustedes?
Ambas: La confianza y el sacrificio siempre han sido parte fundamental para desarrollar nuestra carrera. Las dos sabíamos que era necesario creer en lo que somos capaces de hacer, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. La cocina es un mundo que exige mucho: a veces hay que perderse fechas importantes, trabajar en días festivos o quedarse hasta muy tarde para que todos los pedidos estén listos. Pero también aprendimos que, con amor por lo que hacemos y confianza en nosotras mismas, todo se puede lograr.
4.¿En qué sienten que se parecen en su manera de ejercer el oficio? ¿Y en qué se diferencian?
Ambas: Nos parecemos en que las dos somos detallistas, organizadas, perfeccionistas y siempre estamos atentas a que todo salga bien. Esos cuatro pilares son fundamentales para que todo funcione como nos gusta. Pero también nos diferenciamos de una forma muy especial. Mi mamá se encarga de todo lo dulce, mientras que yo me enfoco en lo salado. Esa combinación es lo que nos hace únicas como dupla: distintas en lo que hacemos, pero iguales en la pasión con que lo hacemos.
5.¿Tienen alguna anécdota emotiva o divertida relacionada con su trabajo o vocación que nunca olvidarán?
Ambas: Durante la pandemia, cada una desarrolló su propio emprendimiento, y en ese proceso nos apoyamos muchísimo. Nos quedábamos trabajando hasta tarde, siempre con música de fondo y dándonos ánimo cuando ya no aguantábamos más el dolor de pies. Al día siguiente, algo siempre pasaba: se nos olvidaba algo, se nos caía un pedido, o teníamos que correr para solucionar todo y asegurarnos de que nadie se quedara sin su pedido. Y aunque terminábamos agotadas, siempre nos reíamos y decíamos: “¡Nunca más, por favor!”… aunque sabíamos que lo volveríamos a hacer.
6.Este año, en el Día de la Madre, ¿cómo planean celebrar o cómo les gustaría festejarlo?
Valentina: Este año lo pasaremos separadas, ya que yo tengo que trabajar en Santiago ese día. Pero siempre que estamos juntas, nos damos el gusto de cocinarle algo rico para que ella pueda descansar y disfrutar. No tenemos una tradición como tal, porque justo en esas fechas es cuando más se trabaja siendo emprendedoras. Sin embargo, este año será diferente por primera vez en mucho tiempo, mi mamá no trabajará ni tomará pedidos así es que va a poder descansar y disfrutar de su día.