Parque Nacional Laguna del Laja
ENTRE LA BELLEZA NATURAL Y LA MEMORIA

Con fuertes ráfagas de viento, la imponente silueta del volcán Antuco (2.985 m s. n. m.) nos recibe sin su habitual manto blanco, dejando al descubierto su agreste belleza. A su lado, la majestuosa Sierra Velluda (3.585 m s. n. m.) se erige con sus escarpadas paredes de roca. Estamos en el Parque Nacional Laguna del Laja, un destino que muchos asocian con la temporada de nieve, pero que en cada estación del año tiene mucho que ofrecer.
Desde Los Ángeles, el trayecto hasta la comuna de Antuco es de 65 km, y desde allí restan otros 30 km hasta la laguna y el volcán. En total, un recorrido de aproximadamente una hora y media que se vuelve ameno entre paisajes de montaña y bosques nativos. A medida que avanzamos, el verde intenso de la vegetación da paso a suelos oscuros y áridos, compuestos por ceniza y roca volcánica, característicos de la zona, mientras el viento Puelche sopla con fuerza, despejando el cielo y ofreciendo vistas privilegiadas.

El Parque Nacional Laguna del Laja ofrece panorámicas impresionantes en cualquier época del año, pero en otoño su belleza adquiere un matiz distinto. La laguna, el embalse natural más grande del país con una superficie de 125 km², refleja los tonos ocres y dorados de la estación, mientras su quietud contrasta con la inmensidad de las montañas. Los senderos de trekking permiten internarse en el parque para descubrir espectaculares panorámicas del volcán y la laguna, y para los más aventureros existen otros caminos que llevan hasta la base de la Sierra Velluda.
Un Alto en el Camino: Memorial a los Soldados de Antuco

Pero no todo en este recorrido es naturaleza desbordante. Hay un punto en el camino donde el paisaje adquiere otro significado, uno que obliga a detenerse y reflexionar. Se trata del Memorial a los Soldados de Antuco, un lugar marcado por la tragedia y el recuerdo. Aquí, el silencio surge de manera instintiva y el viento parece llevar consigo ecos de historias que nunca deben olvidarse.
Placas con nombres y pequeñas ofrendas dejadas por manos anónimas dan cuenta del dolor de quienes han llegado hasta aquí para honrar la memoria de los jóvenes soldados que perdieron la vida en la fatídica marcha de 2005. Este no es un punto turístico, es un sitio de recogimiento y respeto, un espacio donde el silencio es la mejor manera de rendir homenaje.

Estar aquí no deja indiferente a nadie. Cada visitante que se detiene frente al memorial, aunque sea por unos instantes, se lleva consigo una parte de esa historia.
Recomendaciones para la Visita

Si decides conocer el Parque Nacional Laguna del Laja en esta época del año, es importante ir preparado. Las temperaturas pueden descender rápidamente, por lo que es recomendable llevar ropa abrigada y cortaviento. El sol, aunque no siempre se sienta con intensidad, puede ser fuerte en la altura, así que lentes de sol y bloqueador son imprescindibles. Para quienes planean recorrer los senderos, es ideal contar con calzado adecuado y suficiente agua.
Este es un destino que, más allá de su belleza natural, deja una huella en quienes lo visitan. Un lugar donde la aventura y la memoria conviven en un mismo espacio.
