Una Revista Con Identidad Local

Recorriendo Nuestra Historia

La Batalla del Biobío

LOS ÁNGELES EN LA POSTRIMERÍA DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

Por Luis Enrique Garretón M.
Investigador Histórico

Una vez comenzada la Patria Nueva en 1817, con los patriotas alucinados por aquellas victorias campales de Maipú y Chacabuco, apropiándose junto a sus relucientes investiduras, tanto de la capital como del centro del país, entendieron apresuradamente haber sellado la revolución contra el imperio español. Pero nada más alejado de ese hecho, pues olvidaron que el centro sur de Chile, que había sido el inicial campo de guerra independentista, donde en sus pueblos habían nacido los mejores soldados de la historia chilena, aún quedaba por suceder lo más crudo y sangriento para lograr el objetivo de soberanía, el período llamado “Guerra a Muerte”, entre 1819 y 1824.

La batalla del Biobío fue el primer enfrentamiento militar en dicho contexto, ocurrido el 19 de enero de 1819, en el vado del referido río en el sector de Santa Fe, frente al fuerte de Nacimiento. Los antecedentes del hecho señalan que las tropas realistas, aprovechando la inacción patriota en Santiago, vieron la posibilidad de recuperar terreno en el sur, específicamente en la Isla de la Laja, con la idea de convertir a Los Ángeles en el eje de la resistencia monárquica.

Fue entonces cuando el ejército imperial, organizado en Talcahuano por Mariano Osorio, delegó el mando a Juan Francisco Sánchez con el objetivo de apoderarse de Los Ángeles. Una vez llegados, a principios de noviembre de 1818, revolucionaron el pueblo durante dos meses sin encontrar impedimentos. Las casas y calles se llenaron de gente de todas las condiciones sociales mientras reclutaban criollos y tribus mapuche del ultra Biobío y del valle, quienes, motivados por la causa realista y resentidos con los patriotas, convencieron además a las familias angelinas de que estos últimos estaban sedientos de sangre y saqueo.

Por su parte, y algo tardío, un ejército patriota de 3 mil soldados al mando del general argentino Antonio González Balcarce, iniciaba su avance al sur, y ya el 15 de enero de 1819, atravesaba el río Laja por el vado del Salto, acampando en las cercanías. De este movimiento tuvo conocimiento Sánchez, y antes de oponer resistencia, abandonó Los Ángeles para dirigirse hacia Nacimiento cruzando el Biobío en Santa Fe, con la tropa más 2 mil civiles, entre adultos, ancianos y niños; una penosa marcha de fugitivos, desordenada y confundida.

Luego de que el ejército patriota llegara a Los Ángeles, abandonada por los realistas, decidieron perseguir a Sánchez por el mismo camino hacia Santa Fe. Sin embargo, una vez llegados a la orilla del Biobío, la mayoría del contingente realista ya había atravesado en balsas hasta la rivera sur, quedando en los islotes del vado algunas familias y parte de la retaguardia. En ese momento comenzaron los cañonazos desde ambas orillas.

Las bajas fueron considerables en ambos bandos. Mientras algunos caían bajo las municiones enemigas, otros, presas de la desesperación, eran arrastrados por la corriente. En medio del caos destacó la valentía de Eustaquio Bruix, un joven francés que luchaba por la causa patriota. Hijo de un célebre almirante de Napoleón, del mismo nombre, intentó salvar a varias familias que se ahogaban, pero fue alcanzado en el abdomen por una bala de cañón de 4 libras, falleciendo horas más tarde en Los Ángeles. Finalizado el combate, el coronel Sánchez se retiró hacia Nacimiento, mientras que los patriotas regresaron a su cuartel general en la ciudad.

La batalla del Biobío fue una victoria patriota, y a la vez, punto de inflexión para iniciar la última etapa del proceso de Independencia, o la Segunda Campaña al Sur. Esta ofensiva sentaría las bases del control patriota en el territorio de la Alta Frontera. Mediante numerosos enfrentamientos, masacres y atrocidades, patriotas, realistas y mapuche, extremarían sus intereses territoriales. La Guerra a Muerte recién comenzaba.