Una Revista Con Identidad Local

Arquitectura

ARQUITECTURA CON TIERRA CRUDA
Volver al origen para habitar el futuro

Gabriela Méndez Aros – Arquitecta
Difusora del patrimonio arquitectónico angelino

@vanos.angelinos

Vivienda de Doctor Víctor Ríos Ruiz, calle Lautaro esquina Valdivia

En las últimas décadas, en distintas regiones del mundo y del país, ha surgido una tendencia a construir con tierra, buscando una arquitectura sustentable, respetuosa con los recursos naturales, que ofrezca confort térmico y contribuya a reducir la huella de carbono.

Este material milenario ha acompañado a la humanidad a lo largo de su historia, siendo utilizado para levantar ciudades, palacios, templos, fortificaciones y viviendas. Un ejemplo emblemático es la Gran Muralla China, construida con tierra compactada.

Al hablar de arquitectura en tierra solemos pensar solo en bloques de adobe, pero esta es una de muchas técnicas existentes, como el tapial, el adobillo, la quincha y, más recientemente, el “superadobe”, empleado sobre todo en zonas propensas a desastres naturales.

En Chile, la tierra fue durante siglos uno de los materiales más utilizados en la construcción. En Los Ángeles, las crónicas mencionan que hacia 1746 las primeras edificaciones eran “viviendas de palizada embarrada”, lo que hoy podríamos asociar a la quincha: un sistema mixto estructurado en madera y fibras vegetales, con tierra como aislante térmico y acabado final.

En el siglo XX, estos sistemas fueron reemplazados por materiales que ofrecían mayor resistencia y menor mantenimiento, y que posibilitaron nuevas formas en la arquitectura, provocando a su vez una desvalorización de la tierra y una percepción negativa de su uso.

Actualmente, al recorrer las antiguas calles angelinas, predominan la madera y el ladrillo —es decir, tierra cocida—, aunque también persisten ejemplos en tierra cruda, muchas veces disimulados bajo tinglados u otros elementos que dificultan su identificación.

Vivienda calle Villagrán esquina Caupolicán

Las demoliciones, incendios, terremotos y otras catástrofes dejan al descubierto los sistemas constructivos empleados. Estas ruinas permiten conocer y comprender cómo construían nuestros antepasados: bloques de adobe, sistemas mixtos de adobe y ladrillo, estructuras con marcos de madera, zócalos de tierra cocida, muros de quincha, entre otros.

A nivel global, muchos profesionales y especialistas han perfeccionado la construcción con tierra, incorporando tecnologías y normativas modernas, especialmente en lo relativo a resistencia sísmica, vectores y durabilidad. Desde hace al menos dos décadas, se realizan seminarios internacionales sobre esta temática, pero en nuestra ciudad aún no se ha instalado esta conciencia, ya que lejos de reparar o construir en tierra, se opta por demoler.

Por ello, es importante recordar que la riqueza de la arquitectura también reside en lo vernáculo, en aquello que utiliza los recursos y técnicas propias del territorio. Nuestra ciudad guarda secretos constructivos que merecen ser reconocidos y protegidos. Redescubrir la arquitectura en tierra es también reencontrarnos con una identidad olvidada, con saberes que nos invitan a construir —literal y simbólicamente— un futuro más conectado con nuestro territorio.

Vivienda calle Caupolicán

Vivienda calle Lynch esquina
Camilo Henriquez

Vivienda Manso de Velasco esquina Av. Alemania

Vivienda calle Los Carrera esquina Bulnes

Vivienda Los Carrera esquina Bulnes