Cusco y Machu Picchu
Un Viaje a los Tesoros del Imperio Inca
Por Soledad Durán B. Fotografías: Vía Producciones
En esta edición de Vía Los Ángeles, queremos llevar a nuestros lectores más allá de los límites de la provincia de Biobío para descubrir uno de los destinos más fascinantes de Latinoamérica: Cusco y Machu Picchu, dos lugares emblemáticos de Perú reconocidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad debido a su importancia histórica y cultural.

Conocida como la “Capital histórica de América”, Cusco fue fundada alrededor del siglo XI, convirtiéndose en el centro político, religioso y cultural de una civilización que abarcaba gran parte de lo que hoy es Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina. Machu Picchu, la famosa ciudadela perdida, se erige como el símbolo más reconocido de esta civilización, siendo uno de los destinos turísticos de mayor importancia del mundo. Su nombre, que proviene del quechua Machu Piqchu (montaña vieja), deslumbra con su perfección arquitectónica y su ubicación a 2.430 metros sobre el nivel del mar (msnm).
Aterrizamos en Cusco, al atardecer del primer día de diciembre; nos quedaríamos una semana, y pensábamos que sería tiempo suficiente para recorrer gran parte de los atractivos de la zona. ¡Craso error! Ya al adentrarnos en la ciudad comprendimos que esas calles adoquinadas, los techos de tejas anaranjadas que se desplegaban desde los cerros y las construcciones de piedra que se mantenían en pie hace siglos, nos cautivarían invitándonos a su contemplación y a querer saber más sobre su rica historia, porque son tantos los atractivos de este lugar que siempre hay algo por descubrir y admirar.
Así, partimos conociendo la Plaza Mayor en el centro histórico, el principal espacio público de la ciudad desde antes de la fundación española en 1534, donde el pueblo incaico realizaba ceremonias y celebraba triunfos de su ejército. Con la llegada de los conquistadores, fue transformada en plaza, rodeándose de templos católicos y casas construidas sobre las ruinas de los antiguos palacios incas. Actualmente, se pueden apreciar imponentes obras, como la Catedral del Cusco y la Iglesia de la Compañía de Jesús.
Al caminar por las calles cusqueñas, que mantienen su arquitectura colonial, se advierte un comercio activo, con múltiples opciones de restaurantes, tiendas de artesanías, oficinas de turismo y casas de cambio, entre otras. El arte y la artesanía, merecen mención especial, ya que ha sido transmitida por generaciones hasta nuestros días, destacando la textilería, la cerámica, la platería e imagenería, y también la pintura a través de la Escuela Cusqueña, un movimiento artístico del período virreinal que se caracteriza por la fusión de elementos europeos y andinos, con detalles distintivos de como la representación de vírgenes, santos y escenas bíblicas con ornamentos dorados y plateados, cargados de simbolismo religioso y cultural.
En cada esquina de Cusco, las lenguas que se escuchan son tan diversas como las fisonomías. Turistas de todo el mundo llegan a este destino a impregnarse de historia y a descubrir su magia envolvente, para, desde aquí, salir a maravillarse con los vestigios del Imperio.

Coricancha, el Templo del Sol
Fue el lugar sagrado más importante del Imperio Inca. En su apogeo, las paredes del templo estaban cubiertas con oro, y era el sitio donde los incas rendían culto al dios sol Inti. Durante la conquista, los españoles construyeron sobre las ruinas de este templo, transformándolo en el Convento de Santo Domingo, pero aún se pueden admirar las bases incas que sostienen las paredes coloniales.
A pocas cuadras de Coricancha, también visitamos la emblemática Piedra de los 12 Ángulos, un monumento arquitectónico inca que destaca por su increíble precisión, con sus cortes perfectamente ajustados con las demás piedras, que muestra el asombroso conocimiento y la habilidad de los constructores. Ubicada en la calle Hatun Rumiyoc (piedra grande en quechua), se encuentra en una pared de lo que fuera la residencia del Inca Roca, donde los españoles edificaron sobre sus cimientos casas para marqueses, propiedad que luego fue donada a la iglesia y actualmente es el Palacio Arzobispal y el Museo de Arte Religioso de la ciudad cusqueña.

Piedra de Los 12 Ángulos
En la Plaza del Regocijo, tuvimos la oportunidad de ver una colorida manifestación cultural de un centenar de hombres y mujeres, entre niños y adultos, vestidos con trajes de “Capac Colla” una danza tradicional de la región, que es parte de una procesión religiosa en honor a la Virgen del Carmen. El llamativo vestuario, en el que destacan alpacas y vicuñas embalsamadas, representa a los comerciantes de la región del altiplano que llegaban al pueblo en los días de fiesta para intercambiar productos.

Catedral del Cuzco
Sacsayhuamán: Fortaleza y Ceremonia
Uno de los sitios más impresionantes que visitamos fue Sacsayhuamán, ubicado a las afueras de Cusco, a 3.700 msnm. Se presume que fue una fortaleza, aunque también se cree que pudo ser un centro ceremonial. El lugar tiene hermosos paisajes con abundante flora y fauna, así pudimos observar escenas tan conmovedoras como llamas con sus crías pastando.
La arquitectura posee construcciones sagradas como edificios residenciales, torreones, adoratorios, almacenes, caminos y acueductos. El muro principal de Sacsayhuamán está construido en zigzag con enormes piedras de hasta 5 metros de alto y 2.5 metros de ancho, de entre 90 y 125 toneladas de peso. De acuerdo a estudios arqueológicos, se estima que su construcción tomó más de 90 años desde el 1350 D. C., y se dice que habría demandado el trabajo de 25 mil hombres, entre arquitectos, astrónomos, ingenieros, talladores y transportadores de piedras.
Se han descubierto extensos cimientos subterráneos que son parte de una estructura más compleja y demuestran la planificación cuidadosa de los incas para garantizar la estabilidad de la obra. Lamentablemente, hoy en día sólo queda alrededor de un 20% de este complejo arquitectónico, pero aún así, es fascinante.

Interior Convento de Santo Domingo

Jardín Sagrado Coricancha
Cada 24 de junio se celebra aquí, la ceremonia del Inti Raymi, conocida también como la Fiesta del Sol. De acuerdo a estudios de imágenes de radar, Sacsayhuamán se comunica en línea recta con el Coricancha, con Marcahuasi (Convento de Santa Catalina en Cusco), el templo del Inca Huiracocha (hoy Catedral de Cusco), el Palacio de Huáscar, el templo de Manco Cápac (Colcampata) y Huamanmarca.

Sacsayhuamán
Maras y Moray: Sabiduría Agrícola Inca

Moray
A unos 50 km de Cusco, visitamos Maras y Moray, dos sitios arqueológicos que dan cuenta de la increíble sabiduría de los incas en la agricultura. En Maras, pudimos conocer las salineras, un sistema de pozas de evaporación, utilizadas por siglos para la producción de sal, una fuente vital para las poblaciones andinas. El paisaje ofrece una encantadora perspectiva y en su acceso existe un pequeño mercado con souvenirs y productos elaborados con la sal extraída del lugar.
A pocos kilómetros se encuentra Moray, un complejo de tres terrazas agrícolas dispuestas en círculos concéntricos. Este lugar se cree que fue utilizado como un laboratorio agrícola inca, donde experimentaron con diferentes altitudes y microclimas (alrededor de 20 distintos), para cultivar una variedad de productos como la papa, la quinua, la oca, el maíz e incluso la hoja de coca, adaptados a las diversas regiones del imperio. Es evidente el ingenio, dada la disposición precisa de estos anillos, que también habrían estado alineados con eventos astronómicos.
Machu Picchu: Patrimonio de la Humanidad

Ciudadela Machu Picchu
Finalmente, uno de los momentos más esperados de nuestro viaje fue la visita a Machu Picchu, el emblemático santuario del Imperio Inca. El viaje, que duró alrededor de 4 horas hacia Aguas Calientes, en el tren PerúRail Vistadome fue una grata experiencia y recomendamos esta opción absolutamente, ya que ofrece vistas panorámicas de los impresionantes valles y montañas que rodean el trayecto, además a bordo hay audiotour, un show en vivo con danzas típicas y desfile de prendas de alpaca. La majestuosidad de la naturaleza andina nos acompañó durante todo el recorrido, preparándonos para la llegada al destino final.

Machu Picchu
En Aguas Calientes nos quedamos una noche, es un pueblo preparado para el turismo, que ofrece una amplia variedad de hoteles y restaurantes, para todos los gustos y bolsillos; entre estos destaca el bistro bar “Indio Feliz” ubicado en un pequeño callejón, que deleita con su propuesta gastronómica franco-peruana, su curiosa ambientación y excelente servicio.
Una vez en Machu Picchu, distante a 9 km del pueblo, comenzó una lluvia torrencial, no contábamos con que las temporadas ideales para admirar el paisaje despejado, es entre abril y octubre; sin embargo, a poco andar, la ciudadela inca apareció sobre un espectacular paisaje de montañas cubiertas por nubes. Es un lugar que, aunque ha sido estudiado y visitado por miles de turistas, sigue manteniendo su misterio.

Templo del Sol Machu Picchu
Con sus grandes e impresionantes bloques de piedra unidos entre sí sin amalgama, Machu Picchu conforma uno de los centros religiosos, políticos y culturales más importantes del imperio incaico. Se cree que fue un sitio ceremonial y de retiro para la élite inca, aunque también pudo haber funcionado como una residencia temporal para el Inca y su corte. Son casi 200 construcciones que se encuentran en este sitio, donde convergen leyendas, lugares de culto, piedras sagradas e historia.
Aunque compramos capas para protegernos de la lluvia, la intensidad fue tal, que quedamos mojados de pies a cabeza, pero no importaba, era un detalle menor ante la espectacularidad que se abría ante nuestros ojos. La precisión con la que fue construido este complejo arquitectónico es asombrosa, y sigue siendo un testimonio de la habilidad y el conocimiento avanzado de esta civilización.

Monumento a Pachacútec en Aguas Calientes
La ciudadela, construida alrededor de 1450 y descubierta en 1911, aún esconde enigmas sobre su real propósito, despertando el interés tanto de visitantes como arqueólogos de todo el mundo. El valor y trascendencia que representó Machu Picchu en su época, junto con su imponente diseño, le han valido para ser considerada una de las siete maravillas del mundo moderno.

Obras Estilo Escuela Cusqueña
Este viaje fue una experiencia que nos permitió conectarnos y admirar la riqueza de la historia y maravillarnos con la diversidad cultural que caracteriza a nuestra región, inspirándonos a valorar el patrimonio que compartimos como latinoamericanos. Si aún no has tenido la oportunidad de conocer estos destinos, te animamos a que en algún momento los visites para sorprenderte con los tesoros del Imperio Inca.
