Una Revista Con Identidad Local

Recorriendo Nuestra Historia

Calle Villagrán

Una Mirada al Pasado y Presente de Los Ángeles

Por Luis Enrique Garretón M.
Investigador Histórico

Francisco de Villagra, uno de los primeros gobernadores de Chile del período de la Conquista, daría nombre a una de las calles más importantes de la ciudad de Los Ángeles. Delineada desde los orígenes de la urbanización de la Villa, fue la calle que cerraba el pueblo en su costado oriente hasta principios del siglo XX.

Conocida antiguamente como Las Canoas, no existe mayor registro de sus características en el siglo XIX, sin embargo, se puede decir que era un camino vecinal que comenzaba al norte en el fundo El Avellano, y que recién tomaba forma de calle a la altura de Orompello, límite norte de la ciudad, cerca de donde hasta mediados de la centuria pasada existía un pilón donde bebían agua los caballos.

Al igual que en la actualidad, Villagrán cruzaba todo el pueblo de norte a sur hasta la avenida Ricardo Vicuña, y al empalmar con avenida Los Carrera, se extendía como camino rural serpenteante en dirección a los balseaderos del sur, porque no existían puentes, pasando por varias propiedades como el fundo Paillihue, Tolpán, Poco a Poco, Duqueco, y hasta San Carlos Purén, para luego continuar hacia Mulchén.

Cabe recordar que en su parte urbana, el sentido del tránsito de Villagrán hasta mediados del siglo XX era principalmente norte sur, por lo que comenzaremos señalando su recorrido en el centro de desde calle Lientur hacia Tucapel, donde se ubicó hasta la década del 60 el Molino Vildósola por el lado oriente.

Dicho molino obtenía su energía por medio de aguas que habían sido desviadas por el costado norte del estero Quilque, y que luego entraban para realizar su labor hidráulica,  corriendo luego hacia el sur por el costado de Villagrán, para unirse nuevamente al Quilque, junto a un pequeño puente de madera. Aparte del molino, con sus bodegas y oficinas, también se ubicaba por esos años la Cooperativa Lechera, y a todo ese sector se le llamaba la Isla, porque quedaba entre dicho canal y el estero.

En lo comercial, frente a la Isla, por calle Tucapel de principios del siglo XX, existía una especie de mercado de abastos llamado la “Recova”, donde se comercializaban carnes, gallinas, huevos, frutas, verduras, y otras provisiones; este, junto a bares, restaurantes y salones de juego, sin duda, junto al Barrio Estación, eran los lugares más entretenidos de la ciudad.

Continuando hacia el sur, y pasado el estero Quilque, por la vereda oriente se encontraba hasta la primera mitad del siglo XX la curtiembre de Pedro Thibaut, un negocio importante de la zona, por el prestigio y calidad de sus productos de exportación.

Villagrán, como antiguo camino público, conectaba el pueblo con las demás ciudades del sur y del norte, fue reemplazado por la ruta 5 en la década del 50, actual avenida Las Industrias Pedro Stark, lo que hizo cambiar drásticamente su función, siendo hoy difícil imaginar su antigua composición y fisonomía, aunque en cierto modo, la calle aún mantiene ese aire campo ciudad, cosas del pasado aún se mantienen, lugar donde arriban las producciones agrícolas, los visitantes de otras comunas cercanas, encuentro social y de comercio, entre otros ingredientes que hacen de esta bulliciosa calle, una vía esencial en la movilidad de nuestra ciudad.